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@article{ Zavaleta Hernández2020,
 title = {De lo viejo que no acaba de morir y lo nuevo que no acaba de nacer: reflexiones sobre el ordenamiento mundial a 30 años de la caída del Muro de Berlín},
 author = {Zavaleta Hernández, Sandra Kanety},
 journal = {Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales},
 number = {238},
 pages = {221-230},
 volume = {65},
 year = {2020},
 issn = {2448-492X},
 doi = {https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2020.238.71980},
 urn = {https://nbn-resolving.org/urn:nbn:de:0168-ssoar-65796-4},
 abstract = {La disolución de la arquitectura bipolar que prevaleció en el ordenamiento internacional desde el término de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los noventas del siglo pasado supuso, para muchos, la posibilidad de transformación de las dinámicas de dominación y control implementadas por las dos superpotencias de la época. Sin embargo, el deterioro de las estructuras de poder que habían privilegiado durante cuatro décadas los intereses de los países más fuertes -y soslayado a los más débiles- no significó, como se esperaría, un cambio real de las relaciones internacionales.
Pese a que el fin del enfrentamiento capitalismo-socialismo permitiría la configuración de nuevos mapas geopolíticos y con ello la posibilidad de construir un ordenamiento internacional más incluyente, la esperanza gestada con la caída del Muro de Berlín se ha ido desdibujado con el paso del tiempo, dado que las injustas relaciones de poder de ese "viejo orden" continúan siendo vigentes en el "Nuevo Orden Mundial".
A tres décadas del derrumbe de la Guerra Fría, la esperanza de un mundo más humano y justo sigue siendo una promesa para millones de personas en todos los rincones del planeta.The dissolution of the bipolar architecture that prevailed in the international system from the 
end of World War II until the 1990s meant, for many, the possibility of transformation of the 
domination and control dynamics implemented all over the world by the two hegemonic powers. However, the deterioration of the power structures that for four decades had privileged the interests of the strongest countries and ignored  those of the weakest did not entail the expected real change in international relations. Although the end of the capitalism-socialism confrontation would allow the configuration of new geopolitical maps, along with a more inclusive international order, the hope that emerged after the fall of the Berlin Wall has faded over time, since the unjust power relations of that "old order" are still present in the "New World Order". Three decades after the collapse of Cold War, the
hope of a more human and fair world is still a promise for millions of people in every corner 
of the world.},
}